lunes, 3 de agosto de 2015

Ya es hora de que vayas a dormir


Ya es hora de que vayas a dormir
Alerta cuento de terror
Esa mañana Mariana decidió visitar a la vieja que vivía en la casa de a lado. Desde pequeña esa casa le daba miedo y nunca se había atrevido ni a pasar en frente de la casa. Pero ahora era grande, estaba a punto de cumplir 16 y ya no era una niña chiquita.
Se acercó a las escaleras de la casa y las subió con valentía y sin arrepentirse. Cuando subió el último escalón, sintió escalofríos y mucho miedo. Pero respiro hondo y golpeó la puerta tres veces. No hubo respuesta. Volvió a tocar más fuerte, parecía que no había nadie. Sin miedo, Mariana se asomó a la sucia ventana viendo el interior de la casa. Había una luz al fondo de un pasillo. Una luz tenue, como la de una vela. Golpeó la ventana con fuerza. La luz se empezó a mover. Después una señora vieja y arrugada salió de una habitación y se dirigió a la puerta. Por cada paso que daba más iluminaba la vela que tenía en la mano. Había agujas y telas por doquier, hilos, y alfileres. Mariana supuso que era la típica viejita que se pasaba el día tejiendo. Entonces perdió el miedo. Solo siguió viendo lo que iluminaba la luz de la vela, puras cosas de coser y tejer. Pero había algo diferente. En el momento de pasar junto a un sillón, la luz iluminó muchas muñecas de trapo con bocas cocidas hasta las orejas, ojos de botón y coceduras por todas sus extremidades. Parecía que miraban directamente a Mariana. Ella sintió escalofríos y ganas de salir corriendo de ahí. Pero era demasiado tarde, la vieja ya había abierto la puerta. Vestía un chal de lana y un vestido rosa deslavado que le llegaba a los tobillos. ¿qué desea?- le preguntó a Mariana. La vieja miraba hacía abajo sin siquiera levantar la cabeza. -Perdone, es que...eehhh....me equivoqué de casa....mmmmm......lo lamento. ¿Me podría decir su nombre?-balbuceó Mariana. La vieja levantó la cara, no tenía ojos, en cambio 2 agujeros que aunque no se podría asegurar miraba directamente a Mariana tal como las muñecas detrás. Mariana se sobresaltó y decidió correr hasta perder de vista a la vieja y a su espantosa cara. Pero algo la detuvó, la curiosidad.
De repente, sin recordar, estaba sentada junto a las muñecas en ese sillón que había visto por la ventana. La vieja estaba sentada en una mecedora a lado de Mariana preparando aguja, hilo y trapos. Mariana había leído en alguna parte la historia de una niña con su muñeca de trapo y que hacía más muñecas de trapo de las personas que ella asesinaba. Pensaba que la vieja le iba a hacer lo mismo que las demás muñecas. Entonces fue cuando se paró, le dijo gracias a la vieja y salió corriendo. Era raro que nada se lo hubiera evitado. Cuando llegó a casa, subió a su habitación y miró por la ventana. Esa casa de a lado era peor de lo que se imaginaba de chica.
A la mañana siguiente, su madre le dijo que había un paquete para Mariana. Cuando lo abrió, sintió que su corazón se paraba. Era una muñeca de trapo idéntica a ella solo que con una sonrisa cocida y ojos de botón. Había una nota, decía, Ya es hora de que vayas a dormir.
Mariana no lo podía creer, debía de ser de algún chavo bromista. Pero es que era muy impresionante.
Mariana decidió lanzar la muñeca y la nota a la casa de a lado, entonces gritó -ESTO TE PERTENECE-. Cuando era hora de dormir, Mariana no podía hacerlo. Solo decidió quedarse despierta. Miraba exactamente a la ventana. De repente, oyó pasos. Venían del ático. Ella se paró y se diridió descalza a las escaleras. Subió hasta el ático y prendió la luz. Era lo que se esperaba. La muñeca que había arrojado en la mañana estaba sentada en la ventana mirándola. Entonces lo vió, la sombra detrás de la muñeca. El espíritu que la controlaba, mirando a Mariana, diciendo - Ya es hora de que vayas a dormir- 
Entonces como por arte de magia, Mariana sintió tanto sueño que cayó dormida en el piso del ático. Un sueño para no despertar nunca.
**********************************Fin********************************************


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